16 abril 2020

10 osos de personas lectoras

Hice este rankin inspirada en mí y en algunos conocidos, porque he de admitir que cuando alguien no lector descubre esto sobre mí, sí siento un poquito de vergüenza pero al encontrar a otra persona con la que comparto esta cualidad es inevitable reír.


¿Me acompañas para ver si te identificas?

1. Que una persona piense mal de ti porque te le quedaste mirando.
Seguramente te ha pasado que encontraste a alguien leyendo, te llamó la atención averiguar el título del libro y has mirado y mirado; oh! oh! la persona se dio cuenta y ahora piensa que o le estás coqueteando o lo estas acosando.



2. Que el personal de la librería te vea raro porque llevas mucho tiempo recorriendo los estantes.

Has entrado a la librería: el paraíso para cualquier lector, así que te paseas como si no hubiera mañana, descubres nuevos títulos, vas a buscar si el libro que querías ya está en rebaja, vas a cada una de las secciones, incluyendo la de literatura infantil. ¿No te ha pasado que el dependiente se te acerca y dice "buscabas algo en especial"? 
Este oso se multiplica si "sólo estabas viendo" y sales de ahí sin adquirir ni un marcapáginas XD




3. Ser excesiva y ridículamente cuidadoso con los libros 
Ok, tal vez esto te parecerá más bien un requisito, ningún lector quiere ser amigo de alguien que no cuida los libros pero, ¿apoco no has visto una cara súper rara de alguien que no es lector cuando le das todo el listado de cuidados que debe tener al tocar tus libros?
Pues sí, una mezcla entre "me asustas", "esto debe ser una broma" y "necesitas ayuda"


4. Estar enamorado de un personaje
Es que tú tienes una relación leal, intensa y muy, muy, muy creativa ¿por qué? porque tu amor vive entre las páginas de un (o varios) libro. 
¿No te has enamorado de un personaje? déjame pensar... ¡¿A que tienes un crush con un escritor o un ilustrador?!


5. Te has reído o has llorado en público al leer un libro y la gente te mira súper raro.
Como lectores no podemos contener las ganas de saber qué sigue o de matar tiempo en el transporte público, al esperar a alguien, o simplemente avanzar en nuestra lectura y es inevitable que nuestras emociones broten y nos hagan pasar una que otra vergüenza. Me pasó con todos los libros de Jaime Alfonso Sandoval en los que comenzaba a reírme de la nada y la gente me miraba feo.


6. Preferir quedarte a leer que salir de fiesta
¿Cuántas veces les ha pasado? y si tus amigos comprenden que eres así, bien, pero si no, poco a poco te vas quedando solo. Y sí, eso es una gran ventaja cuando queremos leer, pero, al cerrar el libro y volver a la sociedad descubrimos que tl vez no fue necesario cancelar tantos planes.



7. Oler los libros
Otra cosa taaaaan típica de nosotros los lectores pero que visto por otros es tan WTF! que ya solo lo hago en la privacidad de mi hogar o muy discretamente


8. Tener un libro pero desear su versión en pasta dura o edición especial


9. Tener un libro repetido 
Porque hay que admitirlo, somos acumuladores y en esos momentos de limpieza o iluminación, descubrimos que ups! tenemos dos o más ejemplares de un mismo título.



10. Decir voy a la librería a comprar un libro y terminar pagando más de tres


10 abril 2020

El espejo del tocador


Me gusta mirar a Paula cuando está frente al espejo. Cada tarde, después de hacer el amor, ella deja la cama, se sienta frente al tocador y comienza a cepillarse el cabello. Debo comenzar a vestirme, irme cuanto antes, pero me doy el lujo de quedarme en la cama a mirarla. Ella deja el cepillo y lo cambia por su labial, cada milímetro de sus labios que cubre con color rojo, me produce una descarga eléctrica.
-Tienes que irte. -Me dice, sacándome de mi devoción
-¿Podemos vernos mañana?
-No, Enrique vuelve temprano. - Estoy embobado en su reflejo, ella lo sabe, pero finge ignorarme. Sabe que la miro, sabe que la amo, pero guarda silencio; continúa su ritual, como si estuviera sola. Cómo quisiera que fuera mía, no tener que irme. Cómo quisiera salir de aquí a su lado, ir a cenar, ir al cine, juntos.
-Déjalo. -Le suplico como otras veces.
-Lo haré.
-¿Cuándo?
-Pronto. -Ella ha terminado, se pone de pie y repite -Tienes que irte.
Me acerco para besarla pero me rechaza. Comienzo a vestirme, cuando he terminado, ella me entrega mi cazadora, me la pongo y nos dirigimos a la puerta; no hay más besos, el amor se quedó en la habitación, ahora sólo debo salir sin que nadie me vea.

                                                            **************

Han pasado dos semanas y sigo sin ver a Paula, la he llamado varias veces, incluso al número que tengo prohibido marcar, pero no contesta. Comienzo a preocuparme. ¿Y si algo le pasó? ¿Y si Enrique le ha hecho algo? Seguramente se volvió loco cuando le dijo que lo dejaba. Ya no puedo más, voy al bar donde la conocí, necesito una cerveza, o dos.
Mientras voy en la moto, pienso: ella lo dejará, estoy seguro. Cada día lo odia más, me lo ha dicho, Sólo se siente feliz conmigo. Sólo debo ser paciente, pronto estaremos juntos. Me concentro en el recuerdo de sus labios, de sus piernas. La deseo, no puedo vivir sin ella.
Al entrar al bar veo a Enrique, lleva, mínimo, varias horas bebiendo; está gritando, maldiciendo, la gente comienza a alejarse de él.
-¡Fernando! -Me ha visto, no puedo escapar. Me acerco lentamente, siento un poco de asco por él.
-¿Qué haces Enrique? ¿Paula sabe que estás aquí?
-¡¿Paula?! - Ríe, luego empieza a sollozar - ¡Paula, Paula! No, no creo que lo sepa, es más, ni siquiera le importa. -Arrastra las palabras, está ahogado en alcohol.
-Voy a llamarle -Saco el celular de mi pantalón, Enrique llora aún más.
-Pues a ver si a ti te contesta... -Bebe torpemente de su vaso -Me dejó, Fernando... Se fue con Gutiérrez, ¡la muy golfa se escapó con mi jefe!
-Me siento a su lado -¿Qué dices?
-Hace una semana, se fue, me dejó una nota -Dice algo más pero se pierde en su borrachera, llama al barman -Sírvele algo a mi amigo -Me pone el brazo sobre los hombros -Hoy me enteré que está en Tulum, con Gutiérrez
Me hundo en mis pensamientos. ¡¿Cómo?! ¡¿Por qué?! Entonces, Enrique ríe, el barman ya me ha servido, tomo del vaso con desesperación, hay un ligero temblor en mi mano. Enrique sigue riendo, entonces dice -¡Y yo que pensé que me estaba engañando contigo! -Dejo de sentir asco por Enrique, lo empiezo a sentir por mi.

Ni*

09 abril 2020

EL SECRETO


Cada vez que la miro a los ojos mis manos comienzan a sudar, por eso, esquivo su mirada rápidamente. Pienso que me va a decir que ya lo sabe, que lo ha sabido desde el primer momento, pero no ocurre. Sospecho que me está poniendo a prueba, disfruta torturarme con su mirada, con su silencio, lo sabe y no me lo dice.

Por las noches me invaden las pesadillas en donde ella me descubre, por fin me encara y justo cuando voy a explicarle todo, despierto. El pecho me pesa una tonelada, la miro, está durmiendo a mi lado; no lo sabe, nunca lo sabrá. Me convenzo de nunca decirlo, aunque mi vida se extinga en este secreto.

Cuando me acaricia como siempre o cuando me dice "te preparé tu cena favorita"; cuando posa su cabeza en mi hombro, cuando es dulce y amorosa, tengo la certeza de que ni siquiera lo sospecha y me siento el peor de todos. No soportaré mucho más con este secreto.

Me pica el gusano de la honestidad, me planteo decirle todo, pedirle que me escuche con atención, explicarle por qué lo hice, arrastrarme hasta que me perdone. Ella es tan buena que lo hará. Comprenderá que además del dolor de lo que he hecho, he acumulado el peso del silencio.

Entonces, soy golpeado por la realidad, mi secreto es tan terrible, que le provocará un dolor infinito. Y yo, ser inmundo, no merezco su perdón porque he callado por tanto tiempo, porque le he dicho cientos de mentiras para ocultar todo. Estoy al borde de la locura, vivo en una mentira, una cárcel de la mente que construí ladrillo a ladrillo.

Hoy la miro pensativa, no me habla, pienso que quizá ya lo descubrió y ha decidido castigarme con su indiferencia por el resto de mi vida. Estoy de acuerdo con ella, es el castigo que merezco. Soy aborrecible. Entonces, posa su mano en mi mejilla y dice ¿quieres dar un paseo? 

Sumido en la amargura de mi secreto, acepto el paseo, ella no lo sabe. Me toma del brazo, caminamos juntos, mi pecho apenas puede llenarse de aire, ella disfruta la caminata, no lo sabe; habla de las flores y de la tarde, apenas y puedo fingir que la escucho. "Has estado muy raro últimamente" dice; ya no puedo más, unas lágrimas asoman a mis ojos, estoy a punto de derrumbarme.

Tengo que decirte algo...

07 abril 2020

ELVIS NUNCA SE EQUIVOCA


Autor: Rodrigo Morlesin
Editorial: Planeta Junior
ISBN: 9786070757921
País: México
Año: 2019
Páginas: 142

Costo: $198 E-book: $139
En: Gandh
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SINOPSIS

Esta es la historia de Elvis, un cachorro callejero que se propone descubrir a qué ha venido al mundo. Pero a la manera de un Oliver Twist perruno, el destino tiene preparadas conmovedoras sorpresas para él. ¿Escapará a los abusos de la feroz pandilla que controla las calles? ¿Será otra víctima más del maltrato y el hambre? ¿Logrará comprender qué es una familia?
Ilustrada por el genial Satoshi Kitamura, Elvis nunca se equivoca tiene toda la diversión y la profundidad necesarias para permanecer en la memoria de niños y adultos.

¿QUÉ ENCONTRÉ?

Elvis es un cachorrito de la calle, como cualquier otro, debe permanecer alerta ante la amenza de la perrera, luchar por obtener comida y despejar la plaza de las palomas. Un día, su madre le dice que debe encontrar a su familia, pero una serie de eventos desafortunados llevará a Elvis a pensar que, quizá, una familia no es tan importante como sobrevivir.

OPINIÓN

Conocí a Rodrigo Morlesin como diseñador de libros en una premiación y, desde ese momento supe que ese hombre era, además de un genio, un amante de los libros en toda la expresión de la palabra. Por eso, cuando Yesenia me enseñó este libro, quise comprarlo de inmediato, y miren que me tardé.

Elvis es una historia para chicos y grandes, tan conmovedora y tan bella que querrás releer en cualquier momento. A mí me ha dejado llorando como niña pequeña y eso le ha dado un lugar privilegiado en mi librero. 


Hablar del amor con la delicadeza, precisión y maestría con la que lo hace Morlesin es un don sólo de genios literarios, por lo que este libro se convertirá en un clásico de la literatura infantil.

Si eres un amante de los animales no te puedes perder este libro por nada del mundo. La verdad, leí este libro hace un tiempo pero no quería reseñarlo porque aún sigo atrapada entre sus páginas.

YO LO COMPRARÍA PORQUE...

Aparte de la maravillosa historia, hay que hablar del arte de su interior: ilustrado por Satoshi Kitamura, este libro es todo un tesoro, un deleite para los sentidos. Puedo asegurar que este será el libro de cabecera de muchas, muchas personas.

LO QUE ME GUSTÓ

"La vida tiene un extraño sentido del humor y hay que aprender a reírse  con ella".


Nos estamos leyendo...
Ni*

05 abril 2020

¿Insomnio y lectura?



Déjame adivinar, has parado en este sitio porque sufres de insomnio y ya no sabes qué hacer, bueno, no soy especialista ni nada, no esperes una receta.  Pero aquí te va un top ten de razones para tomar un libro en esas noches en las que no puedes pegar ojo. Porque leer siempre será una excelente opción ¡¡PARA TODO!!


1. Ampliarás tu vocabulario y mejorarás tu ortografía.
Admitamos, no podemos ser lectores sin mejorar estas dos habilidades que son muy necesarias en todos los ámbitos, tanto académicos como profesionales. No es algo que perfeccionarás de la noche a la mañana, pero leer te será muy beneficioso. ¿Apostamos a que sí?

2. Es una actividad individual
No requiere de compañía, puedes realizar esta actividad si vives solo o acompañado, si compartes o no, tu habitación. La lectura es una actividad solitaria pero su magia reside en que te hace sentir acompañado.

3. Sirve como relajante natural
Si tu insomnio es provocado por estrés o angustias, la lectura te servirá para despejar tu mente; puede que en el libro de turno, encuentres una situación similar a la tuya o simplemente logres distraerte, lo suficiente para ver la vida desde otro ángulo.

4. Tendrás algo que contar
Vale, no lograste dormir, pero en vez de hacer tu noche de insomnio insufrible, con la lectura puedes acrecentar tus conocimientos sobre un tema de tu preferencia, también puedes tener un tema de conversación para el día siguiente o una buena recomendación para alguien que lo sepa valorar.

5. Es un excelente repelente de fantasmas
Tanto si crees en ellos como no, a veces la mente nos engaña, escuchamos ruiditos, vemos sombras, o simplemente nos trae el recuerdo más fastidioso con el que nos atormentamos. Mejor mantener la mente ocupada en una buena historia.

6. Tienes bastantes horas
No hay nada peor que una noche de insomnio porque por más cansado que estés, por más ganas que tengas de vencer tu mente y poder cerrrar los ojos, ahí estás, si poder lograrlo.¡Bueno, toma un libro! tienes bastante tiempo para avanzarlo, para terminarlo, para ir por otro.

7. No dañarás tu vista
A diferencia de encender el televisor o estar pegado a Netflix, leer sólo requiere una buena lámpara que alumbre las páginas, evitarás los estímulos dañinos de las pantallas. ¡A que ya te estoy convenciendo!

8. Es una actividad silenciosa 
Si duermes acompañado y sufres de insomnio, estoy casi segura que la otra persona sufre tu insomnio tanto como tú. Despreocúpate, al leer no despertarás al otro, porque no harás ruido, solo recuerda tener cuidado con la lámpara que alumbre tu lectura, pero te puedo asegurar que lo dejarás descansar y ni cuenta se dará que estuviste despierto toda la noche.

9. Recuperarás el sueño
Puede que la lectura te ayude a reconciliar el sueño, a mí me ayuda. Particularmente si no te gusta tanto la lectura, es una excelente opción para terminar aburrido, cansado y vencer la mente. Hasta podrías tener un mejor descanso. Si no lo hace, estará impulsando tu creatividad, ¿Y si empiezas a escribir tu propia historia? ¡Inténtalo!

10. El tiempo se te irá volando
No estarás dando vueltas en la cama por horas. En menos de lo que piensas estarás sumergido en una historia buenísima y te faltarán horas de lectura. Seguirás leyendo cuando, de pronto, notes que ha salido el sol.


02 abril 2020

Una madrugada

Era la sexta vez que tocaban a la puerta, los golpes comenzaban a ser cada vez más fuertes.
-¡Ojalá te pudras allá afuera! -Se oyó desde dentro del departamento. Volvieron a tocar a la puerta.
Claudia se levantó de mala gana, buscó con los pies sus sandalias para calzarse y fue a abrir. Sin dirigirle ni una mirada al que entraba, regresó a la habitación. Todo estaba a oscuras.
Casi llegaba a la cama cuando él la tomó por atrás, respiró en su cuello. -¡Chiquita! ¡Mi amor! No te enojes, sólo me quedé un ratito más.
-¡Ya ni la chingas, Sebastián! -Se apartó -¡Son las cuatro de la mañana!
-Ya sabes cómo se pone Juanjo cada que lo cortan sus novias. -Se sentó en la cama.
Claudia se recostó dándole la espalda y se cubrió con las cobijas hasta la barbilla -¡Entonces que se joda tu esposa por culpa del borracho y mujeriego de tu amigo! ¡No encontraba taxi! ¿Sabes el miedo que me dio andar sola por la noche?
-Mi amor, ¡perdóname! -Se quitó los zapatos, con mucha dificultad se recostó a su lado para abrazarla.
-¡No, y quítate que apestas a tequila! ¡Imbécil! -Sebastián la soltó por un momento, se metió bajo las cobijas y volvió a abrazarla.
-¡Chiquita! -Comenzó a besarla en los hombros y el cuello -¿Ya te dije lo mucho que me prende cuando estás enojada?
-¡Déjame en paz! Se suponía que íbamos a regresar a las doce. ¡Juntos! -Ella se giró en la cama para mirarlo, un beso la tomó desprevenida.
-¿Apoco no estuvo buena la fiesta? Te hubieras quedado otro ratito -Esta última frase él la dijo arrastrando las palabras
-Sebastián, ¡es jueves! Mañana tenemos que ir a trabajar. ¡¿Qué digo mañana?! ¡En menos de tres horas!
-Sí voy a ir a trabajar, ya sabes que con dos horas que me duerma, estoy listo -La volvió a besar
-Sebastián, estás borracho
-¿Quieres ver que no? -Sebastián comenzó a acariciarla, recorrió con sus manos su espalda y llegó a sus nalgas, acercó más su cuerpo hacia él, algo se abultó entre sus piernas, siguió besándola.
-No quiero que vuelvas a ver a Juanjo
-Ajá -murmuró mientras se colocaba encima de ella
-No vuelvas a dejar que me regrese sola a la casa
-¡Sí,  mi amor! -Él abría su pantalón
-¡Es en serio, Sebastián!
-¡En serio, mi amor! - tocó sus pechos, comenzó a quitarle la ropa
-¡Sebastián!
-¡¿Qué?!
-tenemos que ir a trabajar -Dijo ella, en un murmullo, pero ya era muy tarde. Se descubrió besándolo y quitándole la camisa, su deseo aumentó y se escuchó lanzando un gemido, abrió sus piernas, volvieron los besos.
-Choqué el coche

Ni*