31 octubre 2020

ESPECIAL DE DÍA DE MUERTOS

 LEYENDA MEXICANA

Seguimos en este especial de día de muertos en conjunto con Yesenia de Mi Mundo de Libros y no podemos hablar de tradiciones sin mencionar las leyendas mexicanas que son muchas y muy impactantes.


Los periodos históricos de México donde se llevaron a cabo grandes actos de injusticia, desigualdad y fenómenos naturales han dejado, a su paso, historias que pueden ponerte la piel de gallina o bien, emocionarte hasta las lágrimas. No hay un estado de mi bello país que visites, sin escuchar una de sus leyendas.

Desde Querétaro con su Casa de la Zacatecana, hasta Guanajuato con su Callejón del Beso o Puebla, con su leyenda de los volcanes. Estoy segura que México es un país no sólo rico en biodiversidad, también en cultura; porque cada leyenda te habla de una época, de un estilo de vida, una forma de relacionarse con otros y, claro, de las emociones humanas. 

Para este especial he pensado en una leyenda que tiene mucho significado para mí, pues me la contaba mi abuelito (Q.E.P.D.). Investigando un poco por internet encontré que esta leyenda se atribuye a diversos Estados y varía en algunos puntos pero todos llegan a la misma conclusión.

EL HOMBRE QUE NO PUSO OFRENDA

 Había un señor que no quería hacer Todos Santos, decía que no era cierto, que no vienen, y se burlaba de que los demás sí creyeran. El día de Todos Santos se fue al monte por leña y allá lo espantaron los muertos. Que le dicen: “¿Por qué otros nos están dando y tú no? A otros amigos les están dando su comida, sus tamales, hay todo, ¿y por qué tú no vas a hacer nada?” Todavía llegó a su casa con trabajos y pensó: “Sí es cierto lo que dicen, hay que hacer Todos Santos”. Pero ya era tarde, ya se estaba muriendo. Ya se apuraron a buscar pollo y cosas, pero de qué servía. Se murió en el monte porque no quiso hacer Todos Santos. Allá lo espantaron. Por eso es que toda la gente ya hace Todos Santos.

Amparo Sevilla (Coord.), 

De Carnaval a Xantolo:

 contacto con el inframundo,

 Conaculta, México, 2002.



En la versión que recuerdo, este hombre necio se burlaba del día de muertos negándose a poner ofrenda, pero presionado por sus familiares, sólo había puesto una vela sobre una penca de maguey. Cual va siendo su sorpresa al ver pasar una peregrinación con muchas personas que cargaban grandes manjares y flores. Al final de esa procesión, vio a su mujer, muerta hacía poco, cargando muy triste la penca con la vela. 

En la versión contada por mi abuelito, el hombre no moría, por el contrario, empezó a creer en que los muertos, ahora convertidos en almas o espíritus, regresaban a su casas. Por lo que, a partir de ese momento, ponía las ofrendas más hermosas de todo el pueblo, en honor a su esposa y sus padres.


¿Habían escuchado esta leyenda?

Nos estamos leyendo...

Ni*

30 octubre 2020

ESPECIAL DE DÍA DE MUERTOS

 TOP 5 

PELÍCULAS DE TERROR


Mis muy queridos lectores, en colaboración con el blog Mi mundo de libros empezaré este Especial de Dia de Muertos para compartir con ustedes esta bella tradición mexicana que nos encanta y tiene mucho que ver con la literatura. La verdad estoy muy emocionada y espero que a ustedes les agrade.

Y, para ir calentando motores, qué mejor que enlistar las mejores películas de terror porque justo en esta temporada se antoja un buen plato de palomitas y muchos sustos ¿o no? 


5. PESADILLA EN LA CALLE DEL INFIERNO 3

Cuando era niña, uno de los personajes que más me daba miedo era Freddy Krueger pues más que el personaje, lo que de verdad me hacía temblar era la canción de las niñas, esa que decía "Uno, dos, Freddy viene por ti. Tres, cuatro, cierra la puerta. Cinco, seis, mira el crucifijo..." inmediatamente sabías que todos corrían un gran peligro y que la cosa se pondría color de hormiga.

Mi relación con esta película era de amor-odio porque moría de miedo pero a la vez era adicta a seguir viendo. Particularmente me gusta la tercera parte  de esta saga porque conocemos un poco más de la historia de Krueger de voz de un espectro en forma de monja. Creo que nunca habrá un personaje tan icónico y aterrador como Freddy.

Por si fuera poco, el personaje de Nancy es bastante especial, ya que se trata de una chica que no encaja en el estereotipo de belleza de las películas de este género ni de su época pero logra desempeñar un papel memorable, es una protagonista inteligente, decidida y que se atreve a enfrentar a su peor miedo.



4. EXTERMINIO
No podemos hablar de terror sin hablar de zombies y de apocalipsis, por lo que tenía que mencionar la película que, hasta ahora, más me ha impactado: "Exterminio" o "28 días después".
Desde los primeros minutos de la película te empiezas a estresar por la imagen de una Londres vacía, ¡imagínate cuando aparecen los zombies! 
La historia continúa  en dos películas más, pero la verdad es que aún no me siento lista para verlas, a menos que sea de día y esté acompañada XD


3. MÁS NEGRO QUE LA NOCHE

En México existió el mejor director de películas de terror y se llamaba Carlos Enrique Taboada; hoy en día no puedes llamarte fan del cine de horror sin conocer su trabajo, que incluye esta joya. 
Un grupo de amigas tienen como única tarea cuidar de la mascota de una anciana solitaria recién fallecida. Como típicas adolescentes despreocupadas e irresponsables, fallan en su misión y entonces, son perseguidas por el fantasma de la anciana que les hará la vida imposible.
Una de mis escenas favoritas es la que ocurre en una hemeroteca porque el terror se vive segundo a segundo. 
Hace unos años hicieron un remake de la peli con Zuria Vega como protagonista pero es verdaderamente mala porque le cortaron esos elementos de misterio y espanto para ponerle una historia trágica telenovelera que, además, está pésimamente actuada. Pero si  te interesa la versión original, puedes encontrarla en Youtube. Fantástica para ver con toda la familia.
2. EL BEBÉ DE ROSEMARY
Esta es otra película de culto, para los amantes del terror. Se trata de una feliz madre primeriza que debe enfrentarse a las molestias del embarazo, a sus vecinos entrometidos y a una presencia demoniaca ¡Por si fuera poco!
La actriz que interpreta a Rosemary es fenomenal y como espectador te vas metiendo más y más a la historia hasta que ya no puedes escapar. Es una película antigua, sí, pero capaz de ponerte los pelos de punta sin importar tu edad ni que ya estamos en 2020.


1. TERROR EN NEVERLAKE

Desde que ves la portada no das ni un peso por esta película, de hecho es muy difícil encontrarla. Yo llegué a ella porque estuvo un cortísimo tiempo en Netflix y me alegro mucho de haberla visto.
La protagonista es una joven que se va a vivir con su padre a un pueblo abandonado por la mano de dios, ahí conoce a niños con diferentes discapacidades que tratan de advertirle del mal que se esconde en el lago, pero nada es lo que parece y esta chica encontrará el verdadero terror ¿Podrá escapar de la fuerzas malignas que la acechan?
Es una adaptación de Frankenstein muy bien elaborada y, la verdad es que aunque no hay momentos de sustos, como los que acostumbra Hollywood, logra mantenerte dentro de un ambiente sombrío y misterioso. Contiene un debate ético bastante interesante, mientras que el final es digno de un aplauso de pie.
Tardé mucho en encontrar el nombre de la película porque la vi por allá del 2017. Estoy segura que la vería muchas veces más, por eso la he dejado en el primer lugar, 100% recomendable.

Y ustedes ¿Cuál me recomiendan?
Nos estamos leyendo...
Ni*

28 octubre 2020

NECESITAR UN ABRAZO

Nunca antes me había costado tanto escribir sobre lo que siento. Y creo que, en gran parte, se debe a que me he estado escondiendo de mi misma. No he querido parar a escuchar lo que tiene que decir mi cuerpo y mi mente.
Creo que uno de mis grandes defectos es tener grandes expectativas de las cosas y esperar siempre lo mejor, ver el lado positivo. Inicié esta cuarentena pensando que, efectivamente, duraría las dos semanas que anunciaron y que les hicimos saber a los estudiantes. Aún después, cuando anunciaban que se alargaba y que se alargaba, tenía la firme esperanza de que se acabaría pronto y que sólo sería una etapa, algo que superaría fácilmente.
El ser maestra de escuela particular me ha colocado en una posición de trabajo constante, casi sin descanso, como si se trataran de clases normales pero pegada a la computadora. El estrés y la ansiedad entraron sin invitación.
Podría definir estos tres últimos meses como una montaña rusa de emociones, me puedo encontrar muy feliz o entusiasmada y al segundo enfurecerme por algo tan insignificante o estar al borde de las lágrimas. Eso es lo que más me molesta, sentirme tan fuera de mi misma y tan sin control de lo que siento y de mis reacciones, soy una extraña para mi misma.
Me preocupo por todo, especialmente por mis alumnos. Las condiciones actuales reflejan todas las decadencias de México, la violencia, la falta de igualdad y de empatía, el maltrato, la pobreza, las enfermedades, y, en medio de todo eso, niños que no comprenden del todo qué ocurre y, pese a eso, deben tomar un libro y un lápiz.
He empezado a pensar en la muerte, muchísimo más de lo que es normal, y puedo comprender por qué Drácula está maldito, por qué muchas culturas la veneran, la respetan. Y me asusta esa voz.
He deseado enfermarme, romperme un hueso o lo que sea con tal de parar, de hacer un alto en todo esto. Sin embargo, no hay freno, las clases deben continuar, debo seguir en pie para mi familia, especialmente para mi madre y tratando de no quebrarme cada que hablo con mis amigos.
Me veo a mi misma gritando en un lugar vacío, sin ruido, acurrucándome sobre mis rodillas (¿eso es posible?) y me duele tanto esa visión, el no poder salir de ese sitio o el salir momentáneamente.
Como un acto desesperado, salí con mi mamá de viaje, porque es algo que siempre me reconecta, me encuentra conmigo misma pero, de regreso, en la oscuridad de la carretera, me descubrí llorando, por un mundo que ha muerto en tantas formas. Llorando también por mí, porque ni con ese viaje pude encontrar esperanza. Muy por el contrario, el panorama fue como lo que había ante mis ojos: sólo noche, con relámpagos al fondo, incierto más allá de las luces de los autos.
Me siento tan perdida y sola, y necesitada y triste e impotente que cada vez y con más fuerza, día a día, siento que estoy siendo arrastrada a algo, sea lo que sea. Y, entonces me siento culpable por sentirme así, porque personas en todas partes del mundo están sufriendo situaciones más adversas y porque tengo conmigo a mi familia, sana, estable, cariñosa. Porque tengo un trabajo. Porque, aunque sea a la distancia, hay amigos dispuestos a escucharme.
Pero sigo aquí, tan cansada de tener que fingir estar bien pero obligándome a mí misma a seguir estando bien por y para todos los demás. Y sintiéndome pusilánime por dar palabras de aliento vacías, por ser una piltrafa que debe permanecer de pie cuando ya no puede.
Y esta necesidad asfixiante de llorar y no poder hacerlo. Me siento rota, quebrada, sobrepasada. ¡Qué importante es la compañía! Que triste que tuviéramos que vivir una pandemia como esta para comprenderlo.
Hace unos días retomé el contacto con una persona que amo con locura y me dijo que siguió mi consejo de escribir lo que siente; eso me cayó como agua helada porque había estado postergando tanto este escrito. Fue como una llamada de atención pero a la vez una encendida de vela entre tanta oscuridad. 
La calidez que caracteriza a esa persona se hizo presente una vez más en mi vida, quizá para hacerme ver algo: soy fuerte, sólo necesito un respiro, admitir que a veces no puedo con todo y eso no es malo. Que la fortaleza que se encuentra dentro de mí me permite despertar cada día. Hoy, por ejemplo, me hizo posible escribir todo esto (aún llena de vergüenza y con ganas de borrarlo desde la primera línea). Que esa misma fortaleza me hará ver la luz del amanecer por la carretera en la que hoy sigue siendo de noche. Y, finalmente, que tengo mis letras y este espacio mío que está aquí para escucharme y consolarme, hoy más que nunca, agradezco tener un blog para volar, un blog que me abraza y me cura.

Ni*