Fernando llego tarde de nuevo. Le había prometido a Fernandito llevarlo a la feria, pero al llegar, el niño lo empujó y se metió corriendo a su casa. A pesar de que ya estaba acostumbrado a que su padre llegara tarde o no llegara; le dolía en lo más hondo de su pequeño ser.
Al ver el cuadro, Isabel, que estaba sentada en la sala cruzada de brazos, decidió salir. Sin embargo reencontrarse con su pasado, con el hombre que amaba, la hizo titubear y solo se quedó en la puerta.
- Hola Fernando
- Hola Isa- se le iluminaron los ojos enseguida, estaba recargado en el auto con las manos en los bolsillos. Ella conocía perfectamente esa posición pues solía hacerla cuando reflexionaba algo que le angustiaba; era la misma posición que hizo cuando le pidió el divorcio.
- ¿gustas un poco de agua? -dijo secamente
- Mejor te invito un café –sonrió nervioso
- ¿ahora?
- Si, ¿porque no?
- Bueno es que yo… tengo cosas que hacer…y
- Anda, no te quito mucho tiempo. Es solo un café –sonrió de esa manera especial en la que le era imposible decir no a Isabel.
- Bueno, espera. –Entró le llamó a su hermana y tomo un suéter delgado, como los de costumbre, luego salió.
Al llegar a la cafetería una mujer delgada cerca de los 25años de edad les ofreció la carta, coqueteándole a Fernando, pero este no la miró. Isabel se sintió incomoda por lo que ordeno rápidamente un cappuccino.
-Quiero un americano –dijo Fernando entregando la carta, la mujer se marchó en seguida al ver la expresión de Isabel.
- ¿Porque llegaste tarde? – de nuevo Fernando sonreía nervioso.
-No lo sé… realmente no lo sé… –comenzó a dar pequeños golpes sobre la mesa. -El tiempo se va muy rápido.
- Ten cuidado Fernando, tú lo has dicho, el tiempo se va muy rápido – dijo ella calmada pero con melancolía. -¿sabes por qué me divorcie de ti?
- Porque dejaste de amarme
- No Fernando. Fue porque me hiciste lo mismo que le estás haciendo a tu hijo.
Ambos se quedaron en silencio. Esas palabras golpearon el corazón de Fernando. Ella le tomo la mano izquierda suavemente.
- Por favor, no le hagas esto. No a él.
- Isa yo… yo nunca quise lastimarte.
- Deja el pasado donde está. –ahora hubo más silencio. El café llegó.
- Gracias. –murmuraron ambos; la mesera se retiró.
- ¡gracias Isabel!
- ¿Por qué?
- Porque siempre me das buenos consejos.
- No son consejos Fernando. Tu hijo te quiere mucho y no quiero que le hagas lo mismo.
- Si, entiendo. –Tomó la taza con ambas manos y le dio varias vueltas sobre el plato. Ella se encogió en su lugar y luego tomó un poco de café.
- ¿recuerdas ese lugar? –Fernando señaló en dirección de la ventana. Más allá de ella, cruzando la calle había un parque, ella miró, reflexiono un poco y luego agachó la cara.
- Deja el pasado donde está.
- Solo hice una pregunta. – Fernando disfrutaba ver la manera en que los ojos de Isabel brillaban al recordar su pasado juntos.
- Si, si recuerdo ese lugar. –volvió a mirar -¡cómo olvidarlo!
- Te extraño Isa, extraño todo.
- Fernando, Por Favor. –Quitó su mano de la mesa.
- ¿Acaso tu no? –la miró retadoramente.
- A cada momento. –Se levantó, le dio un último sorbo a la taza y dio media vuelta. Fernando sacó un billete de su cartera, lo dejó sobre la mesa y fue tras ella; sabía que ya no debía hablar del tema.
- ¿Necesitan algo? –Dijo cuando la alcanzó.
- No, gracias.
- Pronto es el cumpleaños del niño, ¿Piensas festejarlo de alguna manera en especial?
- ¿Qué, acaso llegaras temprano? –Dijo sarcástica.
- Isabel, es en serio.
- Quiere que lo lleve a nadar… Tal vez lo haga…. Yo te aviso. –caminó sin detenerse. Llegaron a la puerta de la casa.
- ¡Gracias por el café! –entró, dio media vuelta y entrecerró la puerta. –Adiós.
- ¡Isa, espera! ¿crees poder darme una segunda oportunidad?
Ni
Al ver el cuadro, Isabel, que estaba sentada en la sala cruzada de brazos, decidió salir. Sin embargo reencontrarse con su pasado, con el hombre que amaba, la hizo titubear y solo se quedó en la puerta.
- Hola Fernando
- Hola Isa- se le iluminaron los ojos enseguida, estaba recargado en el auto con las manos en los bolsillos. Ella conocía perfectamente esa posición pues solía hacerla cuando reflexionaba algo que le angustiaba; era la misma posición que hizo cuando le pidió el divorcio.
- ¿gustas un poco de agua? -dijo secamente
- Mejor te invito un café –sonrió nervioso
- ¿ahora?
- Si, ¿porque no?
- Bueno es que yo… tengo cosas que hacer…y
- Anda, no te quito mucho tiempo. Es solo un café –sonrió de esa manera especial en la que le era imposible decir no a Isabel.
- Bueno, espera. –Entró le llamó a su hermana y tomo un suéter delgado, como los de costumbre, luego salió.
Al llegar a la cafetería una mujer delgada cerca de los 25años de edad les ofreció la carta, coqueteándole a Fernando, pero este no la miró. Isabel se sintió incomoda por lo que ordeno rápidamente un cappuccino.
-Quiero un americano –dijo Fernando entregando la carta, la mujer se marchó en seguida al ver la expresión de Isabel.
- ¿Porque llegaste tarde? – de nuevo Fernando sonreía nervioso.
-No lo sé… realmente no lo sé… –comenzó a dar pequeños golpes sobre la mesa. -El tiempo se va muy rápido.
- Ten cuidado Fernando, tú lo has dicho, el tiempo se va muy rápido – dijo ella calmada pero con melancolía. -¿sabes por qué me divorcie de ti?
- Porque dejaste de amarme
- No Fernando. Fue porque me hiciste lo mismo que le estás haciendo a tu hijo.
Ambos se quedaron en silencio. Esas palabras golpearon el corazón de Fernando. Ella le tomo la mano izquierda suavemente.
- Por favor, no le hagas esto. No a él.
- Isa yo… yo nunca quise lastimarte.
- Deja el pasado donde está. –ahora hubo más silencio. El café llegó.
- Gracias. –murmuraron ambos; la mesera se retiró.
- ¡gracias Isabel!
- ¿Por qué?
- Porque siempre me das buenos consejos.
- No son consejos Fernando. Tu hijo te quiere mucho y no quiero que le hagas lo mismo.
- Si, entiendo. –Tomó la taza con ambas manos y le dio varias vueltas sobre el plato. Ella se encogió en su lugar y luego tomó un poco de café.
- ¿recuerdas ese lugar? –Fernando señaló en dirección de la ventana. Más allá de ella, cruzando la calle había un parque, ella miró, reflexiono un poco y luego agachó la cara.
- Deja el pasado donde está.
- Solo hice una pregunta. – Fernando disfrutaba ver la manera en que los ojos de Isabel brillaban al recordar su pasado juntos.
- Si, si recuerdo ese lugar. –volvió a mirar -¡cómo olvidarlo!
- Te extraño Isa, extraño todo.
- Fernando, Por Favor. –Quitó su mano de la mesa.
- ¿Acaso tu no? –la miró retadoramente.
- A cada momento. –Se levantó, le dio un último sorbo a la taza y dio media vuelta. Fernando sacó un billete de su cartera, lo dejó sobre la mesa y fue tras ella; sabía que ya no debía hablar del tema.
- ¿Necesitan algo? –Dijo cuando la alcanzó.
- No, gracias.
- Pronto es el cumpleaños del niño, ¿Piensas festejarlo de alguna manera en especial?
- ¿Qué, acaso llegaras temprano? –Dijo sarcástica.
- Isabel, es en serio.
- Quiere que lo lleve a nadar… Tal vez lo haga…. Yo te aviso. –caminó sin detenerse. Llegaron a la puerta de la casa.
- ¡Gracias por el café! –entró, dio media vuelta y entrecerró la puerta. –Adiós.
- ¡Isa, espera! ¿crees poder darme una segunda oportunidad?
Ni
ijo d su pta madre ¬¬
ResponderEliminarNo me acaba de gustar tu relato, ademas, la madre me ha caído bastante mal,... porque tiene que ser tan cruel con Fernando, yo soy él y no la invito al café, y ademas yo hubiese ligado con la camarera delante de las narices de Isabel para mosquearla XD
ResponderEliminarCreo que es un relato muy duro, pero muy apegado a la realidad!!
ResponderEliminarSaludos :)
No estoy de acuerdo con el comentario de Andrea, pues Isa tenía muy bien justificadas sus razones para tratar como trató a Fernando. Está bien que nuestro lado romántico siempre quiera juntar a las parejitas que leemos pero es que en la vida real no podemos estar regalando oportunidades como si no nos doliera que nos fallran. Y eso de ''haber ligado con la camarera'' xDD me hizo gracia, si a mí me hicieran eso le negaría desde ya esa segunda oportunidad.
ResponderEliminarLo cortaste en un punto que me dejó pensando en la respuesta de Isa D:
que??? y luego????
ResponderEliminarno, no me puedo quedar con esta incognita, ahora ni podre dormir por eso.... ok, no, pero quiero saber que le dijo Isa, por que yol ediria... no, no es cierto, la verdad nose xD
No estoy de acuerdo con Andrea, creo que nos hace falta saber mas para juzgar, no creo que solo se hayan divorciado por su impuntualidad, definitivamente debe haber algo mas, pero se ve que ella lo sigue queriendo... me gustaria leer mas sobre Fernando e Isa... ya sea del pasado o de futuro =)
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