09 abril 2020

EL SECRETO


Cada vez que la miro a los ojos mis manos comienzan a sudar, por eso, esquivo su mirada rápidamente. Pienso que me va a decir que ya lo sabe, que lo ha sabido desde el primer momento, pero no ocurre. Sospecho que me está poniendo a prueba, disfruta torturarme con su mirada, con su silencio, lo sabe y no me lo dice.

Por las noches me invaden las pesadillas en donde ella me descubre, por fin me encara y justo cuando voy a explicarle todo, despierto. El pecho me pesa una tonelada, la miro, está durmiendo a mi lado; no lo sabe, nunca lo sabrá. Me convenzo de nunca decirlo, aunque mi vida se extinga en este secreto.

Cuando me acaricia como siempre o cuando me dice "te preparé tu cena favorita"; cuando posa su cabeza en mi hombro, cuando es dulce y amorosa, tengo la certeza de que ni siquiera lo sospecha y me siento el peor de todos. No soportaré mucho más con este secreto.

Me pica el gusano de la honestidad, me planteo decirle todo, pedirle que me escuche con atención, explicarle por qué lo hice, arrastrarme hasta que me perdone. Ella es tan buena que lo hará. Comprenderá que además del dolor de lo que he hecho, he acumulado el peso del silencio.

Entonces, soy golpeado por la realidad, mi secreto es tan terrible, que le provocará un dolor infinito. Y yo, ser inmundo, no merezco su perdón porque he callado por tanto tiempo, porque le he dicho cientos de mentiras para ocultar todo. Estoy al borde de la locura, vivo en una mentira, una cárcel de la mente que construí ladrillo a ladrillo.

Hoy la miro pensativa, no me habla, pienso que quizá ya lo descubrió y ha decidido castigarme con su indiferencia por el resto de mi vida. Estoy de acuerdo con ella, es el castigo que merezco. Soy aborrecible. Entonces, posa su mano en mi mejilla y dice ¿quieres dar un paseo? 

Sumido en la amargura de mi secreto, acepto el paseo, ella no lo sabe. Me toma del brazo, caminamos juntos, mi pecho apenas puede llenarse de aire, ella disfruta la caminata, no lo sabe; habla de las flores y de la tarde, apenas y puedo fingir que la escucho. "Has estado muy raro últimamente" dice; ya no puedo más, unas lágrimas asoman a mis ojos, estoy a punto de derrumbarme.

Tengo que decirte algo...

1 comentario:

  1. Me encanta la manera como describes, haces q verdaderamente se sienta la angustia por guardar el secreto

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