LEYENDA MEXICANA
Seguimos en este especial de día de muertos en conjunto con Yesenia de Mi Mundo de Libros y no podemos hablar de tradiciones sin mencionar las leyendas mexicanas que son muchas y muy impactantes.
Los periodos históricos de México donde se llevaron a cabo grandes actos de injusticia, desigualdad y fenómenos naturales han dejado, a su paso, historias que pueden ponerte la piel de gallina o bien, emocionarte hasta las lágrimas. No hay un estado de mi bello país que visites, sin escuchar una de sus leyendas.
Desde Querétaro con su Casa de la Zacatecana, hasta Guanajuato con su Callejón del Beso o Puebla, con su leyenda de los volcanes. Estoy segura que México es un país no sólo rico en biodiversidad, también en cultura; porque cada leyenda te habla de una época, de un estilo de vida, una forma de relacionarse con otros y, claro, de las emociones humanas.
Para este especial he pensado en una leyenda que tiene mucho significado para mí, pues me la contaba mi abuelito (Q.E.P.D.). Investigando un poco por internet encontré que esta leyenda se atribuye a diversos Estados y varía en algunos puntos pero todos llegan a la misma conclusión.
EL HOMBRE QUE NO PUSO OFRENDA
Había un señor que no quería hacer Todos Santos, decía que no era cierto, que no vienen, y se burlaba de que los demás sí creyeran. El día de Todos Santos se fue al monte por leña y allá lo espantaron los muertos. Que le dicen: “¿Por qué otros nos están dando y tú no? A otros amigos les están dando su comida, sus tamales, hay todo, ¿y por qué tú no vas a hacer nada?” Todavía llegó a su casa con trabajos y pensó: “Sí es cierto lo que dicen, hay que hacer Todos Santos”. Pero ya era tarde, ya se estaba muriendo. Ya se apuraron a buscar pollo y cosas, pero de qué servía. Se murió en el monte porque no quiso hacer Todos Santos. Allá lo espantaron. Por eso es que toda la gente ya hace Todos Santos.
Amparo Sevilla (Coord.),
De Carnaval a Xantolo:
contacto con el inframundo,
Conaculta, México, 2002.
En la versión que recuerdo, este hombre necio se burlaba del día de muertos negándose a poner ofrenda, pero presionado por sus familiares, sólo había puesto una vela sobre una penca de maguey. Cual va siendo su sorpresa al ver pasar una peregrinación con muchas personas que cargaban grandes manjares y flores. Al final de esa procesión, vio a su mujer, muerta hacía poco, cargando muy triste la penca con la vela.
En la versión contada por mi abuelito, el hombre no moría, por el contrario, empezó a creer en que los muertos, ahora convertidos en almas o espíritus, regresaban a su casas. Por lo que, a partir de ese momento, ponía las ofrendas más hermosas de todo el pueblo, en honor a su esposa y sus padres.
¿Habían escuchado esta leyenda?
Nos estamos leyendo...
Ni*
Me encantan las leyendas mexicanas, mis abuelitos también me contaban historias de donde ellos venían, no se si eran ciertas pero a mi me gustaban, gracias por compartir una de esas historias.
ResponderEliminarSaludos!!!